Regularmente los partidos de la selección en los mundiales los acostumbrábamos a ver en familia. Los del 86 regularmente los veíamos en casa de mi abuelita paterna con tíos y tías.
A veces íbamos a restaurantes a verlos como esta última vez que vimos perder a la selección en Vips.
Pero en el 2002 en el mundial de Korea/Japón sólo éramos mi padre y yo. Regularmente era yo el que levantaba a mi papá para ver los partidos en la madrugada. Yo creo que en ese entonces no teníamos ambos los compromisos de trabajo de ahora porque recuerdo que hasta nos acercábamos un banco de un órgano eléctrico que nos servía de mesa. Eran de las mejores madrugadas que pude disfrutar con mi padre. Jamás las olvidaré porque comíamos botanas de carnes frías y de quesos. No se si en ese entonces ya tomaba chela o sí nos servíamos sólo refresco. Lo cierto es que ambos disfrutábamos viendo solos los partidos de la selección que se escuchaban también a lo lejos en la cuadra.
Y pues así seguimos hasta que finalmente nos eliminaron los gringos en el partido de 8vos. No se qué me dolía más, que ya no iba a pasar ratos a solas con mi jefe viendo y comentando partidos, jugadas, recordando mundiales, o el hecho de que los gringos nos pegaran en el orgullo nacional después de tantos años en que fueran derrotados por los mexicanos.
Te mando un gran abrazo mi querido padre. Siempre serás mi viejo y te querré mucho. Se te extraña siempre y gracias a Dios que me deja verte aún. Te amo mucho papá.
Gracias a ustedes por acompañarme en una anécdota mundialista más y dejarme compartir una de las entradas que quería sacar desde hace tiempo. Un abrazo a todos y los espero con más entradas mundialistas hasta dentro de 4 años. Y no dejen de visitar el blog, tendré más entradas regulares para las siguientes semanas.
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